jueves, 4 de octubre de 2018

"La flor del Irupé", leyenda guaraní


"La Flor del Irupé"

Esta leyenda tiene su origen en la tribu Guaraní, que significa guerrero. Es una tribu de indígenas que habitan, principalmente, en Paraguay pero también en Brasil, Argentina, Uruguay (provenientes del Amazonas brasilero), Bolivia y parte del norte argentino (Santa Fe, Corrientes, Misiones y Entre Ríos).
Vivían en aldeas, eran sedentarios, habitaban en casas comunales; tenían su jefe quien poseía su aposento en el centro de la cabaña. Su Dios fue Tupá y el brujo era el Chamán.
Se dedicaban principalmente al cultivo de la tierra y la caza. Tenían dos almas: la Divina, la que sobreviviría a la muerte; y la animal, determinaba su temperamento (violento, inquieto o tranquilo).
De esta tribu nacen varias leyendas, entre ellas "La flor del Irupé", siendo la flor autóctona del río Paraná. La leyenda narra la historia de Ñamandú y Pakuri, dos enamorados de la tribu Guaraní. A ella le gustaba presumir que él era capaz de hacer todo por su amor, hasta que su orgullo los condujo a un trágico momento.




Fuentes de información:
Diccionario de mitos y leyendas: http://www.cuco.com.ar/tupa.htm 
Diccionario de la Real Academia Española: http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=cham%C3%A1n


Audio de la Leyenda:




Reseña audiovisual de la leyenda:




Leyenda completa:





¡A jugar!





"La flor del Irupé", leyenda guaraní


   Es importante conocer las leyendas de nuestro país porque nos permiten comprender diferentes culturas, realidades y momentos. Por ejemplo, en la leyenda trabajada en este blog, se puede apreciar la flor acuática autóctona del río Paraná, llamada Flor del Irupé o Victoria cruziana. Esta es una planta acuática cuyas hojas, flotan en las aguas de los ríos y arroyos de la provincia y pueden soportar el peso de grandes aves acuáticas.  Es de color blanca por fuera y roja por dentro, la mezcla de colores es típica de las flores que crecen en un clima más fresco. También, en este blog, podemos observar la forma de organización de la tribu Guaraní, las actividades que realizaban día a día y su estilo de vida.

Esta historia nos deja una gran enseñanza; no hay que permitir que el orgullo habite en nosotros, ya que como les sucedió a Ñamandú y a Pakuri, podemos llegar a perder lo que tanto queremos y a veces no hay forma de recuperarlo.

Esperamos haberle sido de ayuda.


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